miércoles, 10 de agosto de 2011

ESCUDEROS DESCUIDADOS

             Por Alfonso Ríos Larrain


          A la senadora Lily Pérez le pareció "pésimo" que los presidentes de la UDI y RN no asistieran ayer a la ceremonia en que el Presidente de la República firmó el "Acuerdo de Vida en Pareja", un proyecto de ley que reconoce las uniones civiles hétero y homosexuales inscritas ante el Registro Civil o en alguna notaría. Mucho peor le habrá parecido que sólo 9 de 22 ministros y 5 de 73 parlamentarios de su sector asistieran a tal ceremonia, y que las encuestas reflejen 57% de rechazo nacional a esta iniciativa. Ella cumplió a cabalidad el rol de "escudera del Presidente" que se autoimpuso, pero sus lanceros la dejaron muy sola.

         Mientras tanto, el senador Espina declaraba que la UDI asumió el control del gobierno, pero se contradijo de inmediato al pedir que la UDI evite exigencias al gobierno acerca de cómo tramitar los proyectos de ley: "¡Perdónenme -exclamó iracundo- este no es el gobierno de la UDI, sino de la Coalición! No pueden transformarse en una especie de inspectores de colegio...". ¿En qué quedamos, senador? Porque si la UDI asumió el control del gobierno, no sólo tiene la facultad sino la obligación de revisar los proyectos de ley y la forma en que se tramitan; y si el gobierno no es de la UDI sino de la Coalición, y aquélla forma parte de ésta, tiene todo el derecho de opinar e influir para que las iniciativas del Ejecutivo revistan la forma y fondo que estime necesarias. Con más temple y mesura, el Presidente Piñera declaró "libertad de acción", previendo que la inmensa mayoría de sus ministros y parlamentarios harían uso de tal libertad, con o sin su venia.

          Hay ciertas premisas que los "escuderos presidenciales" debieran entender. Votar por alguien no supone consentir en todas sus ideas, ni entraña un respaldo a todas sus promesas o programas. Se trata, simplemente, de una opción entre dos o más candidatos, uno de los cuales, a juicio del elector, es mejor (o menos malo) que los otros. Esta preferencia no otorga derechos al elegido para exigir apoyos incondicionales de sus electores, ni éstos quedan moralmente obligados a dárselos. Entonces, si con el proyecto de "Acuerdo de Vida en Pareja" se pretendía honrar una promesa de campaña, lo que debió hacer el Presidente fue remitirlo al Congreso discretamente, sin parafernalia, respetando la sensibilidad mayoritaria de quienes le apoyan pero rechazan esta iniciativa ¿Qué logró? Nada importante. Nada que le sirva para mejorar su imagen y subir en las encuestas: algunos aplausos de "escuderos" incondicionales y de quienes no votaron por él ni lo harán en el futuro. En la retina queda la parte de su discurso más divulgada por la prensa: "reconozco que existen otras formas de relaciones afectivas, incluidas aquellas entre personas del mismo sexo, y que son también relaciones que el Estado tiene la obligación de reconocer, proteger y respetar"; el reproche de la asamblea a un proyecto que no considera el matrimonio homosexual; y la ramplonería de arrumacos, besitos y caricias entre algunos asistentes.

          Y mientras el Presidente y su ministro del Interior confraternizaban con el "género alternativo", las ciudades más importantes del país eran ocupadas por representantes de un "movimiento ciudadano" liderado por dos comunistas y la complicidad política de útiles corifeos... o "inútiles", como advierte el senador Carlos Larrain.

          Señor Presidente, señores ministros: la democracia no da derecho a tomarse las calles; no da derecho a impedir que la gente circule libremente por la ciudad; no da derecho para impedir que los estudiantes asistan a clases si quieren hacerlo, que los comerciantes abran sus negocios, que los residentes de un barrio o de un edificio sean asaltados, que los vehículos sean quemados. Ustedes, señor Presidente, señor Ministro del Interior, juraron cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes; por lo tanto, deben usar todos los medios constitucionales y legales para garantizar el orden público y reprimir el delito. Ejerzan sus facultades y háganlo pronto. No sé si será coincidencia, pero las pistolas han subido de precio.  ARL