lunes, 18 de julio de 2011

UNA SOLUCIÓN PRÁCTICA

 Por Alfonso Ríos Larrain
 
 
"No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo.
La crisis es la mejor bendición que puede suceder a personas
y países porque trae progresos".
(Albert Einstein)

          Recibí por Internet una carta, sin firmas, remitida por miembros en retiro de las Fuerzas Armadas y de Orden agrupados bajo el rótulo "Familia Militar Chilena". La circular está dirigida al "Supremo Gobierno y a la Alianza por Chile" y dice contar con la aprobación de 197 entidades que aglutinan al personal en retiro de las FF.AA. y de Orden. Desconozco el origen y representatividad de sus adherentes, pero hay algunos puntos que merecen atención.

Dice la carta:
"Desde que el señor Piñera asumió la Presidencia de la República, la situación judicial de los uniformados y ex uniformados se ha agudizado al extremo. El Ministro del Interior mantiene bajo su alero una comisión de derechos humanos integrada por los mismos abogados que dejó ahí la Concertación; personas de una animadversión absoluta hacia las Fuerzas Armadas y de Orden y, por supuesto, al Gobierno Militar que tuvo que asumir luego del colapso político, económico y social de 1973".

Pregunto: ¿Hay alguna buena razón para mantener ese staff de abogados en el Ministerio del Interior?

Dice la carta:
"Ninguna autoridad de gobierno ha concedido audiencias a los familiares o amigos del personal militar. Sin embargo, los dirigentes de agrupaciones de derechos humanos obtienen millonarias indemnizaciones del Estado (...) y han sido recibidas por el Presidente y por sus ministros del Interior, Justicia y Defensa". 

Pregunto: ¿Hay alguna buena razón para que el Gobierno no reciba al personal militar y sí lo haga con activistas de izquierda?

Dice la carta:
"El gobierno que suponíamos 'nuestra esperanza' se ha hecho parte en centenares de querellas en contra de personal militar, empezando por la que pretende transformar en asesinato la muerte de Frei Montalva (...) y ha dado su apoyo, además, a la nueva estulticia creada para fabricar 'asesinatos históricos' respecto de Allende y Neruda".

Pregunto: ¿Hay alguna buena razón para que el actual Gobierno aliente dudas respecto de esas muertes?

Dice la carta:
"El Ministerio de Justicia dispuso que los oficiales y suboficiales presos, cuando sean llevados (para ser atendidos) en los hospitales de sus instituciones, deben ir esposados y rodeados de gendarmes, con prohibición de conversar con amigos o conocidos. ¿Cómo creen ustedes que se sienten esas personas que concurren o trabajan en los hospitales militares, al ver a sus camaradas o familiares amordazados por agentes del Estado?"

Pregunto: ¿Hay alguna buena razón para tales acosos o escarmientos?

Dice la carta:
"Estamos absolutamente convencidos que la acción de las Fuerzas Armadas y de Orden fue absolutamente moral, legal y constitucional (...) porque actuaron sólo después que la Corte Suprema declarara el quiebre del estado de derecho producido por el gobierno de Allende, que la Cámara de Diputados lo declarara inconstitucional y que la derecha política, la Democracia Cristiana y, en general, toda la ciudadanía, implorara su intervención".

Pregunto: ¿Hay alguna autoridad del actual Gobierno que tenga dudas de lo anterior?

          Los adherentes se atribuyen el triunfo de Piñera: "Votamos por él (...) y nuestros votos son varios cientos de miles que superan con creces la diferencia que el Presidente obtuvo sobre su contendor", aseguran. He oído varias veces esta declaración como argumento incidental de análisis político, fuere para asignarse méritos en la victoria, fuere para reivindicar privilegios o reclamar promesas incumplidas. Ayer, por ejemplo, en el programa de TVN "Estado Nacional", el panelista Luis Felipe Merino (RN) dijo que Piñera había ganado porque "logró atraer al sector más liberal de la derecha...", dando al vocablo "liberal" la acepción política anglosajona: proclive a ciertos enunciados de izquierda. Estimo, sin embargo, que esos sectores conviven en la Alianza desde sus inicios, son los votos más duros e incondicionales del Presidente, base de su plataforma política y, como tal, no hubo necesidad alguna de convencerlos. Más complicado fue sumar votos populares, ajenos a disquisiciones entre conservadores y liberales, y cuya magnitud y volatilidad dirime las elecciones. Pero a la hora de interpretar resultados, algunos buscan traer agua a su molino...

          En su carta, los ex uniformados amenazan con anular el voto de candidatos a concejales si no hay inmediata respuesta a sus requerimientos, anunciando que sólo votarán por los alcaldes de derecha (Municipales 2012). "Nuestra intención en esta etapa inicial -dicen- es no favorecer excesivamente a la Concertación, pero de no recibir la respuesta exigida al Gobierno, contemplamos no votar por la derecha en la elecciones presidenciales y parlamentarias de 2013". No creo en la efectividad de estas órdenes corporativas, pero entiendo el malestar que en este caso las genera.

          ¿Qué piden? "La libertad inmediata de todos los militares presos políticos y el término abosoluto, total y definitivo del acoso judicial a los uniformados". Hay sobradas razones jurídicas (amnistía y prescripción), morales (obediencia debida) y de equidad (cerca de 8.000 extremistas y asesinos de izquierda indultados, mientras cientos de militares permanecen en las cárceles) que debieron poner término a esta situación hace muchos años, pero la izquierda se las arregló para lucrar políticamente con la desgracia que ella misma produjo.

          No tenemos nada que perder. Si  las encuestas eran pésimas antes del partido de la "roja" contra Venezuela, hoy son mucho peores. Hagamos de esta crisis una oportunidad. Einstein advierte que para cambiar las cosas no podemos seguir haciendo lo mismo. Para demostrarlo, para dar una señal categórica de que no tememos a las bravatas de la izquierda y que gobernaremos con moldes distintos a los suyos, apliquemos la ley y accedamos a esta solicitud otorgando el indulto a los ex uniformados que puedan recibirlo.

          Si Aylwin indultó terroristas a pesar de los "boinazos" y con Pinochet ejerciendo la Comandancia en Jefe del Ejército, ¿qué duda Piñera? Él aprobó con su voto la reforma constitucional que faculta al Presidente de la República para indultar a procesados por actos terroristas (1991). Entonces, seamos prácticos: apliquemos la misma vara a los militares y terminemos este asunto de una vez por todas.  ARL