viernes, 21 de enero de 2011

RECUERDOS DE VIETNAM

 Por Alfonso Ríos Larrain

En una semana pródiga de conmemoraciones y noticias locales -aniversario del triunfo presidencial de la Alianza, natalicio del “tío Eduardo”, cambio de ministros, solución del conflicto en Magallanes y aprobación de la Reforma Educacional, por destacar lo más llamativo- pocos recuerdan que el próximo jueves se cumple un nuevo aniversario de los “Acuerdos de París”, primer paso para dar término a la Guerra de Vietnam. El 27 de enero de 1973, Estados Unidos, Vietnam del Sur, Vietnam del Norte y el Gobierno Revolucionario Provisional, instaurado en una parte del territorio de Vietnam del Sur por el Frente Nacional de Liberación (FNL), acordaron el cese del fuego y la retirada de las tropas estadounidenses. Ello implicaba la “vietnamización” de la guerra y la inminente reunificación de ambos países. En 1975 cae Saigón, consumando el triunfo definitivo del FNL y, meses después, la instauración de la República Socialista de Vietnam. Por su larga duración (1959-1975), extrema crueldad y resultados, Vietnam es el conflicto bélico más relevante de la Guerra Fría y el de mayor repercusión en la historia contemporánea, después de la Segunda Guerra Mundial.

Pero nada tuvo mucho sentido en el desarrollo de esta guerra. En 1964, el país más poderoso del planeta -los Estados Unidos de América- intervino en un conflicto casi tribal entre dos países vecinos, ambos pobres y desvalidos, con el propósito de impedir la dominación comunista de uno sobre el otro. Aceptó luchar en ambientes cuya naturaleza desconocía (la selva indochina) y bajo modalidades impuestas por el enemigo (la “guerra de guerrillas”). Y a pesar de infligirle un número de bajas 10 veces superior a las suyas, perdió la guerra. La superpotencia, dubitativa y atada de manos por la opinión pública interna, fue derrotada por combatientes henchidos de entusiasmo ideológico, sentimientos patrióticos y cierta dignidad que contaron, además, con el incondicional suministro humano y material de la Unión Soviética y la China comunista.

Bien conocemos los efectos sociológicos y culturales de la guerra de Vietnam y cómo influyeron en quienes tenemos hoy más de 50 años. Las consecuencias no son todas buenas, ni todas malas. Entre las negativas, el pacifismo irracional que derivó en una suerte de capitulación ideológico-cultural frente a cualquiera forma de lucha, incluido el combate contra el totalitarismo marxista. Una de sus expresiones más sensibles fueron los movimientos hippies y análogos chilensis como Silo.  Las consignas “¡Haz el amor y no la guerra!”, “¡Prohibido prohibir!”, “¡Seamos realistas, pidamos lo imposible!”, fueron adoptadas por la rebelión universitaria desde 1967 en adelante… claro que sólo en regímenes democráticos, porque los países comunistas jamás toleraron protesta alguna. Ahí están los ejemplos de Hungría 1956, Checoslovaquia 1968 y la masacre de la Plaza Tian’anmen en Beijing, China 1989.

Entre las secuelas positivas de Vietnam destaca la conciencia que adquirió el mundo libre acerca de los objetivos, procedimientos y alcances hegemónicos del comunismo y, en particular, la decidida reacción del pueblo norteamericano, superado ya el desánimo que le produjo tal derrota. En efecto, cinco años después (1980), eligió Presidente por amplia mayoría a Ronald Reagan, demostrando interés en recuperar los valores que dieron forma y vida a su país, vocación de superpotencia y voluntad de actuar como tal, incluyendo el combate contra el Imperio del Mal (*) representado entonces por el comunismo soviético y sus comparsas. Reagan devolvió la autoestima a Norteamérica, transformándose en actor principal de la posterior escabechina a los socialismos reales. Pero debo ser ecuánime: Woodstock, fruto contestatario de Vietnam, legó intérpretes y canciones que conservo en la nostalgia de mi juventud.     

Al finalizar una semana de revuelo noticioso he creído necesario rememorar un acontecimiento cuyas derivaciones nos permiten vivir en un mundo mucho mejor del que vislumbrábamos hace ya 38 años   ARL

(*) Video discurso de Ronald Reagan "Imperio del Mal": 
                  http://www.youtube.com/watch?v=FcSm-KAEFFA