jueves, 3 de marzo de 2011

EXTENSIÓN DEL POSNATAL

Por Alfonso Ríos Larrain


“El buen arquero no es juzgado por sus flechas,
sino por su puntería”
(Thomas Fuller, clérigo, historiador y biógrafo inglés)


El desarrollo físico y emocional del recién nacido recomienda que permanezca junto a sus padres el mayor tiempo posible. Así lo dispone la ciencia médica y la aconsejable prolongación del período de lactancia materna que suele interrumpirse cuando la madre entra a trabajar. Aunque el nuevo proyecto de ley está en etapa de elaboración, asoman con cierta claridad sus objetivos principales: a) mayor protección a la madre y al recién nacido; b) impedir que los costos de la maternidad recaigan exclusivamente en la mujer; c) focalizar los recursos públicos en las trabajadoras más vulnerables; y d) incorporar a las mujeres que trabajan en el sistema informal o por cuenta propia, a las temporeras y a las madres adoptivas de niños menores de 6 meses, todas las cuales se encuentran privadas de este beneficio. La iniciativa incrementa hasta en 12 semanas el permiso de posnatal, con un tope de 30 UF mensuales, y agrega beneficios de mayor calidad y cobertura. Las madres embarazadas mantienen 6 semanas de prenatal y amplían su posnatal a 24 semanas, con la flexibilidad que admita su condición socioeconómica. En definitiva, los permisos de pre y postnal podrán extenderse a un total de 7½ meses.

“Queremos un país donde tener hijos no sea un impedimento para trabajar y el trabajar no sea un impedimento para tener hijos”, dijo anteayer el Presidente de la República al anunciar el proyecto. La frase admite tácitamente que el actual sistema desalienta el embarazo de las mujeres trabajadoras y reconoce el desamparo económico y laboral de muchas madres que cumplen, al mismo tiempo, tareas familiares y productivas. Es el diagnóstico que motiva el proyecto. Para aminorar transgresiones, la norma castiga con penas de cárcel a quienes otorguen licencias médicas fraudulentas y aplica sanciones análogas al uso de prácticas antisindicales para los empleadores que presionen con el propósito de abreviar los plazos legales del fuero maternal. La opción de flexibilidad -esto es, la facultad de acogerse a la totalidad del permiso o de integrarse al trabajo en jornadas parciales- será un derecho privativo de la trabajadora que deberá ejercer ante la Inspección del Trabajo notificando al empleador, pero sin mediar negociaciones con él.

El dinamismo encaminado a proteger la maternidad y al recién nacido desde su gestación, exige una institucionalidad jurídica acorde con estos propósitos. Nadie podría restarse a una legislación que contrapese las aspiraciones familiares y económicas de la madre trabajadora, con los códigos propios del mercado laboral. El problema no es de objetivos, sino de puntería: que la extensión del posnatal no afecte el empleo (*). En junio de 2009, la entonces senadora Evelyn Matthei (actual ministra del Trabajo y promotora de este proyecto) manifestó objeciones a la idea de extender el posnatal: “Cuando algunos señores senadores pretenden alargar a seis meses el posnatal, yo pregunto si eso será obligatorio para todas las mujeres. Porque en realidad lo que haremos es perjudicar aún más a aquellas trabajadoras que desean hacer una carrera importante”. Similar preocupación expuso la diputada María Angélica Cristi, entonces presidenta de la Comisión de Familia de la Cámara: “Sería importante evaluar si una medida de este tipo desembocaría en una menor contratación de mujeres en edad fértil”.

La flexibilidad que considera este proyecto y la rigurosa fiscalización de licencias médicas atenúan dichas aprensiones, pero las dudas están vigentes. Querámoslo o no, las leyes naturales que rigen la economía también regulan el empleo y anteponen criterios de eficiencia a protección social. Ergo, es necesario afinar la puntería y disparar la flecha con la precisión de la "mano invisible" ARL

(*) Análisis del Instituto Libertad y Desarrollo sobre el tema:
http://www.lyd.com/temaspublicos/editora/TP1003POSTNATAL.pdf